Eficiencia energética en el riego


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En la mayoría de los casos es posible conseguir ahorros de entre un 40% y un 60% en el consumo energético de las instalaciones de riego, ya sean sondeos o bombeos superficiales.

La realización de un estudio de auditoría hidro-energética nos permite conocer las mejoras que es necesario llevar a cabo para conseguir dichos ahorros.

Las mejoras de la eficiencia energética se pueden abordar simultáneamente por tres vías:

  1. Eficiencia eléctrica: consiste en disminuir el consumo eléctrico del equipo de bombeo. Las principales actuaciones son la instalación de un variador de velocidad y la renovación de la electrobomba y el generador.
  2. Eficiencia hidráulica: consiste en reducir al máximo las pérdidas de carga en las tuberías y válvulas, así como en utilizar emisores capaces de trabajar a presiones muy bajas en los pivotes y coberturas, e instalaciones de goteo.
  3. Eficiencia hídrica: el agua más barata es la que no se bombea. La eficiencia hídrica permite ahorrar agua, y por tanto energía. Consiste en regar cuándo, cuánto y cómo el cultivo necesita en cada momento. Se basa en el seguimiento de uno o varios métodos de programación de los riegos: balance hídrico, sondas de humedad y teledetección.